Se denomina campo mórfico al tipo de inteligencia –información
y sentido- que se halla alrededor de los objetos y formas de vida que
apreciamos. Cada ente, vivo o no, tiene una energía que lo recubre e
interpenetra. La materia apreciable es la expresión de un campo energético de
naturaleza más sutil. La ciencia física moderna afirma “La materia se explica
en términos de campos de energía, pero los campos no pueden explicarse en
términos de materia”. Un campo puede
explicarse como un tipo de “nube” que rodea a una partícula o cuerpo. Albert
Einstein sostuvo “El único ente que gobierna a la partícula es el campo”. Este campo
energético que cada ente posee, es dador de forma, orden, significado, memoria y propósito.
A nivel
cosmológico, las denominadas energía y
materia oscura, constituyen el campo mórfico de la materia visible por
nosotros. El “aura” humana es el campo mórfico del cuerpo humano. Cada actividad
humana específica tiene también su campo mórfico rector; al practicar cada
cosa, al imbuirnos en determinada actividad, conectamos directamente con el
acervo de orden, inteligencia y sentido que le dio origen y plasmó.
En el caso de
los pases mágicos, al practicarlos,
nos vemos afectados por el tipo de propósito o campo mórfico o intento que los antiguos chamanes videntes imprimieron en ellos.