Prácticas
físicas que Carlos Castaneda aprendió con chamanes mexicanos y se dedicó
especialmente a difundirlas a través de seminarios, cuatro videos y un libro,
“Pases Mágicos”, que publicó en 1998. La virtud de los pases
mágicos es reconducir al cuerpo la energía propia que se ha escapado de él
y captar energía libre proveniente del cosmos y la naturaleza. Este proceder
causa un bienestar inmediato, potencia la actividad vital, y prepara el
espíritu para otras conquistas. Tres acciones básicas del bienestar energético
son: atraer energía exterior al cuerpo, hacer circular armónicamente la energía
que ya tenemos en él, y perder la menor cantidad posible de ella.
La concepción de los pases mágicos es que la energía que se escapa del
cuerpo queda suspendida alrededor nuestro, a una distancia no mayor a la de los
brazos extendidos. Para incorporar esta energía exterior, hay que activarla
primero, desenquistarla de su sitio, y luego atraerla directamente con nuestros
miembros y la respiración, proceso denominado “redistribución de la energía
previamente dispersada”.